A continuación y muy humildemente os voy a mostrar el remozamiento a que he sometido a esta guitarra flamenca del constructor Valeriano Bernal de 1991.
Se trata de una guitarra flamenca muy liviana.
La encontre en MILANUNCIOS donde la vendían muy bien de precio para «restaurarla».
Se trata de la primera vez que hago una reparación a una guitarra. Eso sí, antes de hacerlo estuve bastante tiempo leyendo y documentándome.
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En la tapa armónica, a parte del deterioro del barniz original, tenía bastantes rasponazos, algunos muy profundos, como este:
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O los que les habían hecho a ambos lados del diapasón, en lo que parece un lijado de los trastes «brutal»:
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En los aros varias grietas, sin desplazamiento, en el sentido de la veta, como esta:
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Arañazos:
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Y algún golpe
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El fondo estaba bastante bien pero el diapasón y el mástil daban pena.
Se ve que habían intentado cambiar los trastes y, al sacarlos, habían astillado el diapasón
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Me había llamado la atención el olor peculiar que tenía la guitarra. No era desagradable del todo, pero no olía a madera tampoco.
He llegado a la conclusión que el olor era a betún; pero no de Judea sino de Kanfort. Del de los zapatos vamos.
Además, parece que algún energúmeno había sujetado la guitarra con gatos sin proteger la madera y apretando un poco más de la cuenta